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27 de septiembre de 2022

A PROPOSITO DE UNA PROTESTA

A tan solo dos meses de haber empezado su gobierno, el presidente Petro afrontó el 26 de septiembre de 2022, la primera movilización nacional en contra de sus políticas y la actual reforma tributaria que, desde su gobierno, y las mayorías en el Congreso de la República intentan impulsar.


Si bien la protesta social, cívica y ciudadana es un derecho humano fundamental al que tenemos acceso todos los colombianos, la pasada se vio empañada por una serie de argumentos mentirosos, engaños y desinformación, por parte de quienes la promovieron hacia quienes sin mucho conocimiento y criterio salieron a acompañarla.


El incremento al precio de la gasolina, fue uno de los puntos claves sobre los cuales se fundamentó la pasada protesta, organizada por una oposición poco sincera e inteligente sobre este tema.


Es claro que no existe algo más impopular que alza en los impuestos, está es quizás una de las principales razones por las cuales el gobierno Duque, dejó de subsidiar al Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC), la otra principal razón; trasladar la responsabilidad y el costo político al gobierno entrante.


La pasada y fatídica administración del expresidente Duque no solo dejó un manual de “COMO NO GOBERNAR UN PAÍS” si no también una de las más grandes crisis financieras en las que el país ha estado inmerso a lo largo de su historia republicana. La deuda externa es hoy la más alta en toda la historia, $175.106 millones de dólares que representan el 49.4% del producto interno bruto nacional (PIB), una deuda ya declarada impagable, que consume más de 70 Billones de pesos al año del presupuesto nacional, de los cuales solo el 30% se destinan para el pago del capital y el 70% restante se va para pagos de intereses. A su vez deja un déficit fiscal cercano a 80 billones de pesos en el presupuesto nacional, que representa el 5.6% PIB, mientras que la deuda pública ronda por el 56.5% del PIB nacional. Esta es la radiografía de un país completamente descuadernado y desfinanciado que obliga, sin duda alguna al gobierno entrante a priorizar una reforma tributaria, que le permita recaudar los fondos necesarios para desarrollar su programa de gobierno. Es esta la estrategia desarrollada por una clase política derrotada a fin de desestabilizar un gobierno que de raíz se propone construir un país completamente diferente al ya mencionado.


El Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC) es un organismo nacional creado bajo el control del Ministerio de Minas y Energías en el año 2007, con el objetivo de contrarrestar la volatilidad de los precios internacionales del petróleo y sus derivados, a fin de evitar que esta sea trasladada a los consumidores. Es decir, el FEPC fija un precio interno de los combustibles, que es el que los distribuidores deben pagarle a Ecopetrol al sacar el combustible de sus refinerías, por ende cuando el precio del petróleo es bajo, la diferencia con respecto a un mayor precio de venta se convertirá en un ahorro para el fondo, y cuando el petróleo suba, el costo más alto se compensa con el ahorro existente para la fecha. Actualmente el FEPC subsidia el 57% del precio de la gasolina y el 70% del precio del Disel que se comercializa en el país. Esto ha logrado que el precio de la gasolina en nuestro país esté 60% por debajo del precio actual en los demás países de América Latina, situándose en $ 2.3 USD/galón, mientras que en otros países de Latinoamérica ronda los $ 5.7 USD/galón. El constante incremento del precio del barril de petróleo a causa  del elevado costo de comercialización, producto de la actual invasión de Rusia en Ucrania, la escasez de materias primas y demás factores que han generado la devaluación del peso colombiano frente al dólar, han sido la causa para que el Fondo empiece a “desahorrar” de manera progresiva en los últimos años, a tal punto que hoy el déficit trimestral para el subsidio de la gasolina es cerca de 10 Billones de pesos, es decir casi 40 Billones de pesos al año, que el gobierno nacional debe sacar sus arcas para sostenerlo.


Este es sin duda alguna uno de los principales retos del gobierno actual, pues se enfrenta a la dura decisión entre subir el costo de la gasolina, como ya lo ha propuesto en 200 pesos mensuales hasta finalizar el año 2022, sin aumentar el precio en Disel y derivados del ACPM, o dejar de financiar el FEPC, lo cual hará que el precio de la gasolina se iguale al precio internacional, elevando enormemente el precio de la comida y agudizando más el hambre y la pobreza en nuestro país.


Esto contrasta completamente con lo mencionado por los líderes de la pasada movilización, pues lo que busca un incremento de 200 pesos mensuales hasta finalizar el año es precisamente evitar que se disparen los precios de la canasta básica familiar y el costo de vida de absolutamente todos los Colombianos.


Lo que el Congreso de la República debe hacer es desligar el cobro de impuestos a la gasolina de los indicadores que evalúan el cambio en el precio de la gasolina para disminuir el impacto en el consumidor. Esa sería sin duda alguna una gran causa por la cual movilizarse.


Por tal motivo es indispensable que antes de salir a ejercer nuestros derechos fundamentales, como ciudadanos asumamos un papel fundamental dentro de nuestra sociedad, construyendo un criterio propio y académico sobre lo que está sucediendo en el país y sus causas estructurales. Tener el Coraje para acabar con los mesianismos y el fanatismo ciego es la puerta hacia un país y una sociedad que logren sobreponerse a las adversidades y construir sobre sus diferencias.


¡El verdadero cambio parte desde las bases de nuestra sociedad!

 

Nicolás Fernando Martínez Sandoval

JOVEN ACTIVISTA




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