Hace ocho años, Bayron Linares inició su etapa productiva en una reconocida empresa de concretos en Bucaramanga. Lo que parecía un paso más dentro de su formación en el programa de Sistemas Integrados de Gestión de la Calidad del SENA, terminó convirtiéndose en el inicio de una historia de crecimiento y liderazgo que hoy inspira a otros aprendices.
“Ese 16 de julio nunca lo voy a olvidar. Llegué con el anhelo de seguir creciendo, de construir un proyecto de vida para mi familia. Fui padre muy joven y eso me motivó aún más: con hijos uno siempre piensa en lo mejor para ellos”, recuerda Bayron, quien comenzó como practicante y hoy es el encargado de liderar la estrategia digital de la compañía.
La experiencia de Bayron refleja cómo el SENA no solo entrega conocimientos técnicos y tecnológicos, sino también fortalece competencias como el liderazgo, la innovación y la resolución de problemas, claves para que los aprendices se conviertan en agentes de transformación dentro de las empresas.
Casos como el suyo demuestran que la educación técnica pública es una herramienta real para el progreso social y económico: impulsa la empleabilidad, fortalece a las familias y aporta competitividad al país.
Hoy, Bayron Linares es más que un profesional exitoso: es la prueba viva de que el talento, acompañado de formación y disciplina, puede convertir a un aprendiz en líder y referente en su sector.

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