“Teníamos
el mejor sistema de transporte público del país, no sé por qué lo cambiaron
estos hijuemadres”. Estas son las palabras que dirigió a mí una
bumanguesa de la tercera edad, con cara de angustia y cansancio después de
estar esperando juntos un bus de Metrolínea, el cual aún tardaría mucho más
tiempo en llegar a la parada donde nos encontrábamos.
Ya
son varios años, de inconformidad y molestia en los usuarios, los que concentra
el Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM) para Bucaramanga y su Área
Metropolitana, llamado Metrolínea S.A. Y no es para menos, prolongados tiempos
de espera en las estaciones de transferencia o en estaciones sencillas, una
alta congestión del sistema en horas pico, un alto índice en hurtos y casos de
acoso sexual dentro de sus buses, y un elevado costo del servicio ($2.700 Pesos colombianos, consolidándolo así como el servicio de
transporte público más caro de todo el país), son algunos de los factores
que generan molestia en los ciudadanos por estos días.
Pero
el virus de Metrolínea no solo afectaría su entorno organizacional y operativo,
sino también a otros sectores y entornos urbanos de la ciudad, entre estos, la
Movilidad.
Un
primer acercamiento previo a comprender el proceso de creación de Metrolínea,
necesariamente es explicar que es un documento CONPES. El Consejo Nacional de
Política Económica y Social (CONPES), es la máxima autoridad nacional de
planeación del gobierno nacional, y es la encargada de aprobar con base a
estudios y criterios sus políticas y proyectos de inversión vinculados al
Departamento Nacional de Planeación.
Ahora
bien, explicado lo anterior cabe recordar que este sistema de transporte fue
reglamentado y aprobado mediante el documento CONPES 3298, creado el 26 de Julio de 2004, esta versión aprobada
solo contemplaba la participación de los municipios de Bucaramanga, Piedecuesta
y Floridablanca. Luego, el 1 de agosto
de 2005 mediante el CONPES 3370 se dio ingreso al municipio de San Juan de
Girón, municipio al cual, después de 17 años, no ha llegado aún la primera
ruta de este servicio. Esto es sin duda alguna, el mayor diagnóstico del
rotundo fracaso de este sistema de transporte.
Metrolínea
no es más que un despilfarro absurdo de los recursos públicos. Debido a que, el
17 de agosto de 2005 se suscribió un
convenio de cofinanciación entre el Gobierno Nacional, el municipio de
Bucaramanga y su Área metropolitana para su desarrollo, en este estudio se
estableció una inversión total por el valor de $586.911 millones de pesos, cifra que fue modificada por el documento CONPES 3552 del 1 de
diciembre de 2008 gracias a una nueva propuesta presentada por Metrolínea,
la cual estableció un valor total de la inversión de 868.633.210 millones de pesos, lo que hoy serían aproximadamente $1.548 Billones de pesos, si aplicamos
correctamente la fórmula del IPC. De este valor la nación se haría responsable
del 77.8% de la inversión requerida mientras que el 22.2% restante sería
asumido por los entes territoriales. Sin duda alguna, una gran inversión a fin
de proporcionar un sistema de transporte público innovador, eficiente,
económico y amigable con el medio ambiente, cualidades que se escapan por lejos
de la definición actual de nuestro SITM,
el cual cuenta hoy con un déficit financiero cercano a los 36.000 millones de
pesos.
En
los ya casi 13 años de operaciones que tiene Metrolínea, este no ha sido capaz
de suplir la demanda de movilidad en el área metropolitana. Pues no bastó con
que los entes territoriales otorgaran las principales vías para su operación y
a demás restringieran al máximo la intervención de operadores privados que
antes eran los encargados de cubrir la
demanda de movilidad. Según la última Encuesta de Transporte Urbano de
Pasajeros realizada por el DANE, en el año 2021 Metrolínea solo movilizó cerca
de 2.923.000 pasajeros, lo cual representa el 23% de los usuarios movilizados en Bucaramanga y su Área Metropolitana,
las rutas troncales, las que se movilizan por los principales ejes viales
de nuestra ciudad, solo movilizaron el 10.7%
de los pasajeros movilizados en toda el
Área Metropolitana, mientras que los alimentadores solo movilizan el 4.4% de los pasajeros. Cifras que no
sorprenden dada la clara incapacidad de Metrolínea de cubrir esta necesidad
gracias a su deficiente parque automotor, ya
que de 400 buses con los que debería contar el sistema, solo se encuentran
operando 89, incluyendo los buses antiguos que hacían parte de los
operadores privados que hoy vemos circulando. Esto ha llevado a los usuarios a
buscar otras alternativas de movilidad, lo cual ha significado un incremento
descontrolado del transporte informal y un enorme crecimiento del número de
carros y motos que transitan hoy en el Área Metropolitana, ya que según el
último informe de Gestión de la Dirección de Transito de Bucaramanga a
diciembre de 2021 el parque automotor es de 800.045 vehículos,
mostrando un crecimiento absurdo frente a los 359.760 vehículos que existían
para el año 2010, cuando Metrolínea solo llevaba un año de operación. Es decir, hoy hay 2.23 veces más carros y
motos, los cuales generan los grandes atascamientos y embotellamientos por
todas las vías de nuestra ciudad, sin importar la hora del día.
No
hay más tiempo para esperar, METROLINEA
S.A SE DEBE LIQUIDAR, ya que no mejoró sustancialmente la calidad del
servicio ofrecido, contrario a ello fue la causa de una gran crisis de
movilidad, aumentando de esta forma los niveles de contaminación ambiental y
auditiva en el Área Metropolitana de Bucaramanga, así mismo tampoco generó un
detrimento en el costo del servicio, ni en los tiempos de viaje, ni siquiera
aún en los niveles de accidentalidad. Es decir, el propósito sobre el cual fue establecido en los documentos CONPES
anteriormente mencionados, no fue cumplido.
Pero
lo más indignante es el silencio permisivo del Gobernador, de los Alcaldes de
los municipios vinculados en este proyecto, de los concejales de dichos
municipios que no han sido capaces de realizar una audiencia de control
especial para asegurar la calidad en la prestación de este servicio.
Por
tal motivo quiero pedirle a los concejales de Bucaramanga, Floridablanca,
Piedecuesta y Girón asumir su rol de autoridad y representación ciudadana para
exigir y construir un Sistema de Transporte Integral que de orden y promueva el
desarrollo integral en nuestro territorio.
¡Los ciudadanos merecemos un sistema de
transporte público digno y seguro!
NICOLÁS
FERNANDO MARTÍNEZ SANDOVAL
JOVEN ACTIVISTA
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